lunes, 25 de marzo de 2013

Carearán a policías por contradicciones en el sumario por el homicidio de Jaime


Un simulacro de investigación montado para asegurar la impunidad de la propia Policía de la provincia. Esa es la impresión que quedó en octubre pasado cuando declaró el policía retirado Inocencio Roberto Medina, uno de los que intervino tras el hallazgo de los restos del periodista Luciano Jaime, en la siesta del 14 de febrero de 1975 (dos días después de su desaparición), en el paraje El Encón Chico, jurisdicción del municipio de Campo Quijano.
Esa percepción quedó reforzada ayer tras el testimonio del policía retirado José Carrasco, que también era parte del Departamento de Criminalística de la Policía de Salta y que en el operativo tras el hallazgo de los restos acompañó a Medina tomando fotografías. Los testimonios de ambos policías no coincidieron y el Tribunal Oral en lo Federal Criminal de Salta, que lleva a cabo el juicio por delitos de lesa humanidad en la capital provincial, decidió someterlos a un careo en fecha a determinar.
El careo, “en virtud de las evidentes contradicciones”, fue solicitado por los abogados querellantes Tania Kiriaco y Matías Duarte, que representan a la Asociación de Periodistas de Salta (APeS). La diferencia más notable es que Medina afirmó que él, que entonces era un suboficial especializado en realizaridentikits, y la perita Marta Tabarcachi fueron los dos enviados por Criminalística. Carrasco, que era agente, dice que fueron él y Medina, y que es imposible que Tabarcachi haya estado en ese procedimiento porque recién se incorporó a Criminalística “un año o dos después” de este hecho. Tabarcachi no aparece en los informes incorporados al sumario policial, que están firmados por Medina y por el oficial Ramón Luna, que era jefe de Criminalística.
La perita está convenientemente fallecida. Por eso, para ayudar a dilucidar esta cuestión el Tribunal también accedió, a pedido del querellante David Leiva, a solicitar los legajos de Tabarcachi, Medina y Carrasco.
Además, Medina sostiene que no fue al cementerio, tras el hallazgo de los restos. Carrasco afirmó que fueron ambos, y que Medina estaba presente cuando un empleado del cementerio les dijo que podrían ser los restos de Jaime. En octubre, cuando se le preguntó si sabía del destino de Carrasco, Medina dijo que no sabía si estaba con vida porque hacía mucho tiempo que no lo veía. Sin embargo, ayer Carrasco dijo que se vieron hace un año aproximadamente, que entre ellos hay “cierto grado de amistad” y hasta solían ir a pescar.
Medina es uno de los policías acusados por actos de torturas y apremios que en 1973 fue dado de baja por el entonces jefe de Policía, Rubén Fortuny. “Él había caído por su manera de ser nada más, y no tenía casi nada que ver”, trató de justificarlo Carrasco.
Carrasco estuvo en los procedimientos de tres crímenes vinculados: el del militante peronista Eduardo Fronda, asesinado el 8 de enero de 1975; el de Jaime, y el del ex policía César Carlos “Topogigio” Martínez, secuestrado y asesinado el 18 de marzo de 1976.
Jaime y Martínez fueron sometidos a explosiones. Jaime investigó el homicidio de Fronda, denunció en el diario El Intransigente que había sido torturado y dijo a los familiares que lo había visto en la Central de Policía. Hay indicios de que Martínez era una fuente de Jaime. Martínez renunció a la Policía y fue miembro de la seguridad del ex gobernador Miguel Ragone, secuestrado y desaparecido el 11 de marzo de 1976. Siete días después Martínez fue secuestrado de su casa y sus restos aparecieron al día siguiente en El Gallinato, el lugar elegido para someter a explosiones a perseguidos políticos.
Carrasco recordó ayer estos casos y sostuvo, reiteradamente, que sabía “por los diarios” algunos datos de las víctimas, como que Fronda militaba en el peronismo revolucionario. Fronda también era ragonista, igual que Jaime.


Más pedidos contra Ríos Ereñú

El abogado querellante David Leiva insistió ayer en que “antes de la finalización de este juicio” se remitan copias al fiscal federal de turno para que se investigue al ex jefe del Regimiento de Monte 28 y ex jefe del Estado Mayor del Ejército Héctor Ríos Ereñú por las detenciones ilegales y la aplicación de tormentos en perjuicio de otras dos personas, en este caso los testigos José Luis Molina y Marta Juárez, que en la víspera relataron sus detenciones el 24 de marzo de 1976 y su paso por la sede del Ejército en Tartagal.  
Molina dijo que fue detenido por ser afiliado del PJ. Juárez era estudiante de Antropología Social, fue sometida a un interrogatorio y salió con tal secuela de temor que recién pudo hablar de su detención 30 años después. A ninguno se les informó el motivo de la detención ni fueron llevados ante un juez.

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