martes, 18 de febrero de 2014

Hospital Militar: un testigo dijo que los libros no ingresaron al archivo


El suboficial Carlos Valentín Quiroga confirmó ayer que se incumplió la normativa vigente con el tratamiento que sus superiores le dieron a dos libros de la guardia del Hospital Militar Salta, correspondiente a la época del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, que fueron encontrados en el sector de Lavandería.
Quiroga fue el único testigo que declaró ayer en la continuidad del juicio que ante el Tribunal Oral Federal de Salta se sigue contra los ex militares Carlos Fernando Tozzeto Arias y Juan Manuel Gestoso Presas, acusados por el intento de destrucción de dos voluminosos libros de registro de enfermos de las Salas III (Maternidad) y IV (Suboficiales) del Hospital Militar, correspondientes al periodo comprendido entre principios de 1975 y mediados de 1990. En mayo de 2008, cuando se encontraron los libros y se los trató de destruir, Tozzeto Arias era el director del Hospital y Gestoso Presas era el jefe de la Compañía de Inteligencia 5, a quien recurrió el primero solicitándole ayuda para incinerar la documentación.
Quiroga dijo que en 2008 “no” recibió estos libros, contrariamente a lo que preveía el procedimiento: que ante el hallazgo de cualquier documentación debía labrarse un acta, clasificarla y remitirla de inmediato al archivo que se estaba formando por entonces.
Desde abril de 2008 Quiroga era el encargado del incipiente archivo central del Hospital. Recordó que fue puesto en funciones por el director Operacional del Hospital, el coronel Oscar Antonio Baenas, que fue sobreseído en relación a estos hechos.
Como Baenas estuvo también en el hallazgo de los libros, en el sector de Lavandería del Hospital, amontonados entre unos trapos viejos en un carro usado para transportar ropa, el fiscal Guillermo Snopek pidió, y el tribunal le concedió, que sea convocado a dar su testimonio. En la instrucción el militar confirmó la versión de Tozzeto Arias sobre el presunto mal estado de los libros que habría motivado la decisión de no seguir el procedimiento habitual y, en cambio, llevarlos ante el jefe de Inteligencia,  quien terminó ordenando su incineración.
Los libros se salvaron porque el capitán Silvio Manino Leal, a quien Gestoso Presas ordenó esta acción, los guardó y los entregó luego al Ministerio de Defensa de la Nación. Así se inició, el 11 de junio de 2008, un sumario interno y esta causa penal.
Ayer el fiscal Snopek, acompañado por el fiscal ad hoc, Juan Manuel Sivila, puso en palabras la sospecha que cae sobre los dos ex militares: mandaron incinerar los libros para destruir pruebas del terrorismo estatal de la década del 70. “¿Se guardó alguna documentación de presos políticos ahí?”, le requirió a Quiroga cuando hablaba del archivo del Hospital Militar: “No”, contestó el testigo, con un hilo de voz.
Según Manino Leal, cuando Gestoso Presas ordenó la destrucción de los libros, tenía en su poder una nota en la que el Ministerio de Defensa de la Nación requería información correspondiente al periodo comprendido entre el 5 y 15 de septiembre de 1975 o 1976.
El mismo Tozzeto Arias reconoció que en 2007 había recibido un pedido de informes de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad de la Secretaría de Derechos Humanos dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación sobre registros de nacimientos ocurridos en el Hospital Militar Salta en septiembre de 1975. El director contestó que no podía dar esa información porque había sido incinerada, y adjuntó como prueba de ello un acta de una incineración realizada en 2003.

No hay comentarios:

Publicar un comentario