lunes, 21 de septiembre de 2015

Fosa común en el Cementerio de la Santa Cruz

 Elena Corvalán
“Nos queda la esperanza 
de encontrar sus restos”
“Han pasado más de 30 años (…) Evidentemente ya sabemos que él no está pero sí nos queda la esperanza de encontrar sus restos de que en algún momento se haga justicia”. La frase es de Gloria Copa, hermana de Sergio Wenceslao Copa, militante peronista desaparecido desde septiembre de 1976, cuando fue secuestrado por un grupo de tareas que se identificó como perteneciente a la Policía.
Gloria, su hermana Teresa y otros familiares de personas que han sido víctimas del terrorismo estatal y continúan desaparecidas estuvieron ayer en el Cementerio de la Santa Cruz, esperando que comenzaran las tareas de peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que tratarán de identificar restos óseos encontrados en una fosa común ubicada en la parte de atrás del cementerio.
Todos hablaron de la esperanza de encontrar los restos de sus seres queridos. Y reclamaron mayor agilidad a la Justicia, que aún tiene por delante la realización de juicios sobre la mayor parte de las víctimas del terrorismo en la provincia. “Nos queda acompañar y estar en la lucha, siempre esperanzados en poder encontrar sus restos y que la justicia sea mucho más ágil, porque sabemos que existen dificultades, trabas”, sostuvo Gloria.
Sergio Copa tenía 20 o 22 años cuando fue secuestrado, en un cruento operativo que incluyó golpes al detenido y al compañero de su madre, el 2 de septiembre de 1976, cuando estaba junto a su madre Filomena León en el paraje El Ocultar, en jurisdicción de Rivadavia Banda Sur.
Días antes, en el barrio El Portezuelo de la ciudad de Salta, un grupo de hombres con uniformes verde oliva, “tremendas armas” y linternas potentes ingresó al domicilio de su padre, Justo Copa, y lo golpeó y amenazó con matarlo.
Ese procedimiento fue recordado ayer por Gloria y Teresa. “Hasta el día de hoy puedo recordar el momento en que llegaron estas personas, militares, a mi casa (y) lo que hicieron. Eso es algo que nos quedó a todos los hermanos en nuestra familia muy presente”, memoró Teresa. Precisamente porque estos hechos son imposibles de olvidar y “siempre está latente el dolor, el sufrimiento, el pensamiento por ellos, (…) encontrar los restos de mi hermano sería para nosotros también como recuperar algo de vida de mi hermano para nosotros la familia, y que se llegue a un juicio también, y llegar a conocer parte de lo que él vivió”, sostuvo Gloria.  Agradeció a los militantes de derechos humanos que están “permanentemente en la lucha” y pidió a “aquellas personas que tienen conocimiento de que han ocurrido hechos, que podrían ser testigos” que “se acerquen y brinden su testimonio porque estoy segura de que hay gente que sabe y que no quiere hablar, pero para nosotros sería una gran ayuda”.
Los peritos del EAAF comenzarán hoy sus tareas en el Cementerio de la Santa Cruz. 

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