Los testimonios de ayer fueron en torno al secuestro
y posterior asesinato del docente y diputado provincial Eduardo Rizo Patrón,
cuyo cuerpo acribillado a balazos se expuso el 13 de julio de 1976 al pie del
monumento San Martín de la ciudad de Metán. Había sido secuestrado un mes
antes, cuando lo obligaron a entregarse tomando a su hijo mayor como rehén para
lograr ese propósito.
El día
que lo encontraron, a corta distancia de él se habían dispuesto cajas que
tenían una calavera y decían "peligro explosivos". Uno de los
brazos de Rizo Patrón aparecía cubriendo su frente, como en posición a cubrirse
de los disparos a su cabeza. Esa fue en resumen la imagen que quedó de
aquellos que ese día vieron el cuerpo en horas de la madrugada, entre las 4:30
y 5. Hilario Angel Retuerta, aseguró que reconoció a Rizo Patrón porque se
habían cruzado un par de veces o se encontraban en la Municipalidad, dado que
él era concejal. Ese día, a las 5, iba a buscar a Rodolfo Saravia Toledo
para ir a trabajar al campo. Al salir vio tres autos que dieron vueltas
"bastante fuerte". Sostuvo que sintió sonidos "como de
ametralladora", y fue entonces que se generó un corte luz.
Tras
buscar a Saravia Toledo comenzaron a cruzar la Plaza y allí vieron el cuerpo y
las cajas. "Después dimos cuenta a la Policía, pero sabían mejor que
nosotros" lo que había sucedido.
Saravia
Toledo aseguró no haber escuchado nada ese día que encontraron al diputado
muerto. El testigo reconocía a Rizo Patrón porque había sido el autor de una
Ley de Expropiación en tierras que él trabajaba, proyecto que se denegó.
Al ver el cuerpo sostuvo que hicieron la denuncia "a alguien de
apellido Jándula y Rallé", que estaban en ese momento en la
Comisaría.
Muestras
de tortura
Bernabé
Gerchinoren, quien había sido médico policial en Metán, fue quien realizó la
autopsia sobre el cuerpo de Rizo Patrón. Indicó que sólo una vez que estuvo en
la morgue, se dio cuenta que se trataba de Rizo Patrón indicando que uno de sus
brazos se encontraba fracturado "como si hubiera sido maltratado. Era
porque había sido torturado". En total, se habían alojado cinco balas en
la cabeza, y en el torso tenía 9 orificios "correspondiente a una ráfaga
de ametralladora". No supo decir el calibre de las balas que pudo extraer,
e indicó que todas habían sido entregadas a la Policía. El cuerpo no fue más
tiempo examinado porque dijo, no había morgue para tenerlo tantos días.
El jefe
del sumario, subcomisario Hernán Coronel, se mostró desmemoriado, situación que
explicó también se debió a las afecciones que tenía en aquellos años, por un
problema renal. "Muchas veces tomaba calmantes", sostuvo al indicar
que ello generaba que no tuviera demasiada atención en las cosas que pasaban. A
pesar de que reconoció no haber tenido otro caso parecido al de Rizo Patrón, no
recordaba mucho de las actuaciones, si fue o no a la plaza a hacer la
investigación, creía que antes que se hiciese cargo del sumario ya contaba con
un acta de defunción del médico indicando que el cuerpo era el de Rizo Patrón,
no sabe si lo hizo reconocer con algún familiar, envió a detener a quienes
fueran los responsables del delito del diputado, pero sin señalar a ningún
sospechoso. Sobre las balas, responsabilizó al médico de ser quien hiciera
alguna gestión, ni tampoco supo del destino de los explosivos. En definitiva,
no recordó nada acerca de la investigación que debía guiar.Las
audiencias seguirán el próximo lunes a partir de las 9, en la cual se prevé la
comparencia de 9 testigos.
Fuente: http://nuevodiariodesalta.com.ar
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