lunes, 4 de marzo de 2013

Nueva suspensión en el juicio por delitos de lesa humanidad

Como se preveía, el juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva a cabo en Salta tendrá una nueva demora, esta vez debido problemas de salud del coronel Joaquín Cornejo Alemán, quien está imputado en relación a la desaparición del soldado Víctor Brizzi. La otra novedad de la jornada de la víspera la ofreció la abogada Verónica Huber, del Programa Verdad y Justicia, quien informó al Tribunal Oral en lo Federal Criminal de Salta que el testigo Eduardo Sángari se niega a concurrir a declarar por temor, luego de que fuera “conversado” por el acusado Juan Manuel Ovalle, imputado en relación a la desaparición de la docente Silvia Aramayo.
Por lo pronto, en la audiencia de ayer no hubo mayores avances; la sesión de hoy (en la que debían seguir declarando testigos) fue suspendida y fueron suspendidas también las audiencias del 11 y 12 de marzo, por lo que el debate recién continuará el 18 de este mes.
Como si estas demoras no fueran suficientes, el debate continuará con testimonios de procesos en los que no está involucrado Cornejo Alemán, para quien su defensor, el abogado Orfeo Maggio, pidió que se lo mantenga apartado del juicio por 90 días, el tiempo que el médico particular Ricardo Falú calculó que le demandará recuperarse de una “afección cardíaca” y una intervención quirúrgica que deberían practicarle, según se dijo en la Sala de Grandes Juicios Miguel Ragone de la Ciudad Judicial. Pero esto aún no está definido, porque el Tribunal decidió hacer lugar a un pedido del fiscal Ricardo Toranzos para que una junta médica revise al enfermo y determine la gravedad de su afección y si realmente se ajusta a la opinión del médico de cabecera. Los querellantes pidieron tener su propio perito.
La audiencia de ayer comenzó a las 11,15, con el informe de Maggio, quien a su vez se remitió a un certificado del médico Falú, que indica que Cornejo Alemán está internado en el Hospital Militar a la espera de ser intervenido quirúrgicamente.
La afección cardíaca del coronel llega justo en el momento en que el que –de manera muy dilatada- vienen desarrollándose las audiencias en relación a la causa en la que él está acusado: la desaparición de Brizzi de la sede del Ejército en Salta cuando Cornejo Alemán era segundo jefe, a principios de marzo de 1976. Este hecho se investiga junto a las desapariciones de las docentes Aramayo y Gemma Fernández Arcieri de Gamboa; el comerciante Héctor Gamboa; el estudiante universitario Carlos Figueroa Rojas, y el homicidio del estudiante de secundaria Martín Miguel Cobos.
Mientras se resuelve lo de Cornejo Alemán, el Tribunal decidió que retomará los testimonios que restan sobre otros hechos, dado que en este proceso están acumuladas varias causas, por delitos cometidos en perjuicio de 34 personas. Del total de testigos que aún restan declarar, se calcula que alrededor del 20 por ciento son de otras causas. Serían convocados para declarar a partir del 18, a la espera de que la salud de Cornejo Alemán, o lo que digan los peritos, y el Tribunal, permita continuar con el resto del proceso.
 

Un acusado que “habla”mucho con los testigos

 
La Fiscalía y las querellas reiteraron ayer el pedido de que el acusado Juan Manuel Ovalle sea detenido por entorpecer la labor de la justicia al hablar con testigos. Lo hicieron luego de que la abogada Verónica Huber, del Programa Verdad y Justicia (del Ministerio del Interior de la Nación, que se encarga de notificar a los testigos víctimas o familiares de víctimas) contara que el testigo Eduardo Sángari, ex funcionario provincial, ex intendente y ex decano en la Universidad Nacional de Salta, se niega a declarar debido a que quedó atemorizado luego de una charla con el imputado.  
Ovalle es el único civil que está siendo juzgado en este proceso en el que se investiga a 17 hombres imputados por delitos de lesa humanidad. A Ovalle se le atribuye participación en el secuestro y desaparición de Silvia Aramayo, quien estudiaba y era docente en la Universidad Nacional de Salta, ámbito que el acusado frecuentó como alumno del curso básico de nivelación AM25, una iniciativa del rector Holver Martínez Borelli con el propósito de facilitar el acceso a la Universidad a adultos que no habían terminado sus estudios secundarios.
Sángari era uno de los testigos convocados para hoy, pero en su ausencia, motivó que el Tribunal decidiera que la abogada presentara un informe en la audiencia: la letrada contó que Sángari insistió en no declarar y dijo que lo notó preocupado, a diferencia del momento en que le tocó declarar en el juicio por el secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone, donde relató que el ex jefe de Inteligencia de la Policía de Salta, el represor Joaquín Guil, que está siendo juzgado en este proceso también, le pidió permiso para introducir espías en la Universidad. Precisamente, se sospecha que Ovalle era un espía en el ámbito universitario.
Huber dijo que a Sángari le preocupaba que Ovalle estuviese presente en la sala cuando le tocara prestar testimonio. Ayer, en lugar de concurrir, el testigo acercó un certificado médico por 72 horas. La abogada relató que Sángari dijo que iba a hacer todo lo posible para conseguir que lo desistieran como testigo y le confió que en febrero pasado, días antes de la primera citación, en ocasión en que participaba como jurado de un concurso regional, Ovalle se le acercó manifestando que quería hablar con él respecto del juicio.
Huber dijo que notó nervioso al testigo, que es hipertenso y que tiene una disminución visual muy importante.
El defensor oficial Federico Petrina, que asiste a Ovalle, solicitó al Tribunal que decidiera si se iba a insistir con el testimonio de Sángari, e informó que su defendido quería declarar e incluso carearse con Sángari. El presidente del Tribunal, Carlos Jiménez Montilla, informó que el testigo será traído por la fuerza pública si fuera necesario.
El fiscal Ricardo Toranzos recordó que Ovalle “reitera su costumbre” de hablar con los testigos civiles. En efecto, el 6 de noviembre del año pasado el testigo José Luis Salazar contó que Ovalle lo llamó por teléfono a su móvil el mismo día (3 de noviembre de 2012) y hora en que era notificado de que debía declarar en este proceso.
Salazar reside en Río Cuarto y fue notificado por el abogado Gerardo Battistón, del Programa Verdad y Justicia de Córdoba, quien ya ratificó los dichos de Salazar y recordó inclusive que el testigo le contó que un “tal Ovalle o Avalle” le pidió reunirse con él antes de que declarara en el megajuicio.
Para el fiscal, Ovalle pudo haber recibido ayuda de su medio hermano Abel Vicente Murúa para abordar a los testigos uniformados. Murúa también estaba siendo juzgado en este proceso, pero falleció. Toranzos insistió en el pedido de revocatoria de la excarcelación como medida indispensable para evitar que influya en más testigos.
Petrina dijo le pidió que no hiciera “futurología” y aseguró que Sángari no fue amenazado y puso en duda que se haya producido el encuentro relatado por Huber.
El abogado David Leiva, querellante, insistió en que la decisión sobre la detención de Ovalle debía tomarse en la audiencia de ayer, subrayó que Sángari comenzó a pedir no declarar luego de que hablara con Ovalle. “Están dadas las condiciones para que hoy se le revoque la libertad”, aseguró. Recordó q ue “Sángari es ingeniero, fue intendente de la ciudad y actúa en política, sin embargo, tiene temor de estar presente frente a Ovalle”.
El Tribunal prefirió decidir luego del testimonio de Sángari y la declaración de Ovalle. Y luego de que llegue el informe solicitado ya en noviembre del año pasado a la empresa telefónica sobre el móvil de Salazar.

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